¿Sabías que Bogotá está ejecutando una de las renovaciones urbanas más ambiciosas de Latinoamérica, con proyectos que combinan conectividad, cultura y modernidad? El corazón de la capital está viviendo un renacer que no solo mejora la infraestructura y la movilidad, sino que también incrementa el valor de la propiedad y la calidad de vida de sus residentes.
En esta nota de OIKOS Constructora descubrirás qué implica una renovación urbana, cuáles son sus beneficios, ejemplos internacionales que inspiran el cambio y los principales proyectos que están redefiniendo el centro de Bogotá.
La regeneración urbana es un conjunto de intervenciones planificadas que buscan revitalizar zonas estratégicas de una ciudad, mejorando su infraestructura, calidad de vida y potencial económico. Este proceso combina acciones públicas y privadas para modernizar espacios deteriorados o subutilizados, incorporando vivienda, comercio, servicios, transporte y áreas verdes. En una ciudad como Bogotá, con un centro histórico cargado de patrimonio, la renovación urbana no solo se enfoca en la construcción de nuevos edificios, sino también en preservar la identidad cultural, optimizar la movilidad y fomentar un desarrollo sostenible.
Mejora de la infraestructura: renovación de calles, andenes, redes de servicios públicos y equipamientos urbanos.
Reactivación económica: atracción de comercios, oficinas y turismo, lo que impulsa el empleo local.
Incremento en la valorización inmobiliaria: aumento del precio por metro cuadrado y mayor liquidez en el mercado.
Fortalecimiento del tejido social: integración de espacios de encuentro y actividades comunitarias.
Sostenibilidad ambiental: incorporación de zonas verdes, sistemas de drenaje sostenible y construcción ecoeficiente.
Mayor seguridad urbana: reducción de espacios inseguros y fomento de vigilancia activa a través del diseño.
Este concepto busca ir más allá de la renovación física de los espacios. Su objetivo es crear entornos urbanos que mejoren la calidad de vida, generen oportunidades económicas y respeten el medioambiente. En el caso de Bogotá, las intervenciones en el centro histórico y zonas estratégicas tienen efectos tangibles en múltiples dimensiones, como:
Recuperación del sentido de pertenencia: la renovación urbana devuelve a los ciudadanos espacios que antes estaban degradados o subutilizados. Calles iluminadas, plazas recuperadas y fachadas restauradas generan orgullo en la comunidad y fortalecen el vínculo emocional con la ciudad. Esto impulsa la apropiación y el cuidado colectivo del espacio público.
Mejora de la calidad de vida: un urbanismo bien planificado crea entornos que priorizan al peatón y al ciclista, con parques, zonas verdes, senderos seguros y espacios recreativos. Esto no solo fomenta hábitos saludables, sino que también promueve la interacción social, reduciendo el aislamiento y fortaleciendo el tejido comunitario.
Inclusión y diversidad: las políticas de renovación en Bogotá incluyen proyectos que integran viviendas para diferentes segmentos socioeconómicos, evitando que la transformación urbana genere exclusión o desplazamiento. Esto fomenta barrios más mixtos, con diversidad de servicios y oportunidades para todos.
Acceso a servicios esenciales: la ubicación estratégica de los proyectos de renovación facilita el acceso rápido a hospitales, colegios, universidades, centros culturales y transporte público. Esto ahorra tiempo, mejora la productividad y brinda mayor seguridad al reducir desplazamientos largos.
Dinamización del comercio local: la mejora del entorno atrae restaurantes, cafeterías, tiendas y servicios especializados, lo que multiplica las oportunidades de empleo y fortalece la economía barrial. La afluencia de visitantes y residentes también incrementa la actividad comercial.
Aumento del valor inmobiliario: las propiedades ubicadas en áreas intervenidas experimentan una valorización sostenida gracias a la nueva infraestructura, la mejora en la seguridad y la creciente demanda. Esto beneficia tanto a propietarios como a inversionistas que apuestan por la zona.
Atracción de inversión privada y extranjera: un entorno urbano renovado transmite confianza a empresarios, desarrolladores y fondos de inversión internacionales. Esto se traduce en nuevos proyectos inmobiliarios, centros empresariales y espacios culturales que continúan fortaleciendo el sector.
Generación de empleo directo e indirecto: la renovación urbana activa toda una cadena de valor que va desde la construcción y el diseño arquitectónico hasta la operación de comercios y servicios complementarios, generando empleos para distintos perfiles laborales.
Incorporación de zonas verdes y espacios permeables: la inclusión de jardines, techos verdes, plazas con arborización y áreas permeables mejora la calidad del aire, regula la temperatura y facilita el drenaje natural, reduciendo el riesgo de inundaciones.
Movilidad sostenible: los nuevos proyectos priorizan la conectividad mediante transporte masivo, ciclovías y andenes amplios, incentivando el uso de medios alternativos al carro particular y reduciendo la congestión vehicular.
Eficiencia energética en edificaciones: las construcciones incorporan materiales de bajo impacto ambiental, sistemas de iluminación LED, ahorro de agua y energías limpias, disminuyendo el consumo de recursos y los costos de operación.
Reducción de la huella de carbono: la planificación orientada al transporte público, la densificación responsable y el uso de tecnologías sostenibles contribuyen a mitigar el impacto climático, alineándose con los objetivos globales de sostenibilidad.
La regeneración urbana es una tendencia global que ha transformado la imagen y el funcionamiento de múltiples ciudades en el mundo. A continuación compartimos tres casos internacionales que permiten entender cómo la planificación estratégica, la inversión pública y el impulso privado pueden cambiar por completo la dinámica de un sector:
Nueva York (Estados Unidos): en Nueva York, uno de los ejemplos más emblemáticos de renovación urbana es el proyecto High Line, un parque lineal elevado construido sobre una antigua vía férrea. Esta intervención no solo recuperó un espacio inutilizado, sino que también atrajo comercios, galerías de arte, restaurantes y desarrollos inmobiliarios de alto valor en el vecindario de Chelsea. La zona experimentó un incremento significativo en el valor por metro cuadrado, demostrando el impacto directo de la renovación en la economía local.
Manchester (Reino Unido): Manchester pasó de ser una ciudad industrial en decadencia a un centro vibrante de cultura, tecnología y educación. El plan de renovación incluyó la rehabilitación de antiguos almacenes y fábricas para convertirlos en oficinas, lofts y espacios creativos. Además, la inversión en transporte público y la creación de espacios públicos modernos revitalizaron áreas históricas como el Northern Quarter, impulsando el turismo y la inversión extranjera.
Santiago de Chile (Chile): en Santiago, proyectos como la renovación del Barrio Lastarria y la intervención en sectores del centro histórico han reactivado zonas antes subutilizadas. La incorporación de ciclovías, peatonalización de calles, restauración de fachadas patrimoniales y el fomento a la actividad cultural y gastronómica han convertido a estos barrios en puntos de encuentro para residentes y visitantes. La valorización de la propiedad en estos sectores ha crecido de manera sostenida, atrayendo a inversionistas nacionales e internacionales.
El centro histórico de Bogotá está atravesando un proceso de transformación profunda que combina la conservación del patrimonio con el desarrollo de nuevas infraestructuras y edificaciones modernas, como:
Ubicado junto a la Universidad de los Andes, el Triángulo de Fenicia es un proyecto de renovación urbana que ha sido diseñado con un enfoque de integración social. Su objetivo es mejorar las condiciones de habitabilidad del sector, incorporando viviendas nuevas, espacios comerciales, zonas peatonales y áreas verdes.
A diferencia de otros desarrollos que generan desplazamiento, este proyecto busca mantener a los residentes originales, garantizando que la renovación también signifique inclusión y oportunidades. La mezcla de usos (residencial, cultural y comercial) apunta a dinamizar la economía del sector y a crear una comunidad sostenible y diversa.
Estación Central - Imagen tomada de la Alcaldía de Bogotá
La Estación Central es uno de los hitos más ambiciosos de la ciudad, ya que será el punto de conexión entre el Metro de Bogotá, TransMilenio y el RegioTram de Occidente. Esta obra, ubicada entre las calles 26 y 24 y las carreras 13 y 17, también contempla la construcción de más de 235.000 m² para vivienda y oficinas, así como áreas comerciales y espacios públicos de alta calidad. La magnitud de esta intervención no solo mejorará la movilidad de cientos de miles de personas cada día, sino que también impulsará la valorización de todo el sector, generando un nuevo polo de desarrollo urbano y económico en el centro.
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Considerado un ícono arquitectónico de Bogotá, el BD Bacatá es el rascacielos más alto de Colombia y uno de los más altos de Sudamérica. Su propuesta de uso mixto incluye apartamentos residenciales, oficinas, un hotel de cadena internacional, centro comercial y espacios culturales. Esta combinación convierte al BD Bacatá en un motor de reactivación económica, atrayendo turistas, empresarios y residentes. Además, su ubicación en pleno centro histórico lo integra con el resto de los proyectos de renovación que están reconfigurando el paisaje urbano.
OIKOS Infinitum Zentral es el ejemplo más claro de cómo un proyecto de vivienda puede integrarse de manera perfecta a una estrategia de renovación urbana. Ubicado en la Carrera 8 con Calle 20, este nuevo proyecto de vivienda NO VIS en el centro de Bogotá aprovecha la cercanía a la futura Estación Central para ofrecer un producto inmobiliario de alto valor presente y potencial.
Su localización estratégica lo sitúa a pocos minutos de universidades como Los Andes, El Rosario, Central, La Salle y Jorge Tadeo Lozano, así como de entidades gubernamentales y financieras, lo que asegura una demanda constante de arriendo tanto por parte de estudiantes como de funcionarios públicos y profesionales.
El proyecto cuenta con dos tipologías de apartamentos:
Tipo H: 36,47 m² construidos y 31,93 m² privados, pensados para quienes buscan un espacio cómodo y funcional, ideal para vivir solo o en pareja, con posibilidad de amoblarlo de forma versátil.
Tipo J: 34,62 m² construidos y 30,37 m² privados, perfectos para estudiantes o inversionistas que deseen una unidad práctica, de fácil mantenimiento y con alto potencial de ocupación.
En términos de amenidades, este proyecto nuevo de vivienda en Bogotá marca la diferencia con una oferta de zonas comunes que cubre tanto necesidades de trabajo como de bienestar y esparcimiento:
Coworking moderno
Gimnasio
Salón social
Sala de juegos
Zona de bienestar
Espacio de arte
Rooftop con vistas panorámicas
Zona pet
Sala de lectura
Espacio para yoga al aire libre
Cafetería.
Para inversionistas, la propuesta es sumamente atractiva: precios competitivos, posibilidad de financiar la cuota inicial, y un entorno en plena valorización gracias a la inversión pública y privada. Para quienes buscan vivienda propia, representa la oportunidad de vivir en el corazón de Bogotá, rodeado de cultura, historia, servicios y con una conectividad que pocas zonas de la ciudad pueden igualar.
Con la llegada de grandes proyectos como la Estación Central y la reactivación de zonas icónicas, la valorización en este sector no es una promesa, es una realidad en marcha. OIKOS Infinitum Zentral es parte activa de esta transformación y ofrece una oportunidad única para quienes buscan un activo inmobiliario sólido, rentable y con respaldo de una constructora con más de 45 años de experiencia.
Ya sea que desees vivir rodeado de universidades, entidades gubernamentales y zonas culturales, o que busques un inmueble con alta rentabilidad para arriendo, este proyecto cumple con todos los requisitos: ubicación estratégica, tipologías funcionales, zonas comunes de alto nivel y facilidades de financiación.
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